martes, 7 de agosto de 2012

La Policía Municipal de Vitoria, incapaz de gestionar con una mínima solvencia la protección animal en la ciudad

Reproducimos íntegro el comunicado de prensa que nos han hecho llegar los compañeros de ATEA [Asociación para un Trato Ético con los Animales]. La situación que describen nos resulta por desgracia muy familiar, y pone de manifiesto claramente la falta de voluntad que demasiado a menudo se observa por parte de los cuerpos de seguridad del estado a la hora de intervenir en casos urgentes de maltrato animal, cuando su obligación sería la de hacer cumplir la ley.
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ATEA
COMUNICADO DE PRENSA

"La Policía Municipal de Vitoria, incapaz de gestionar con una mínima solvencia la protección animal en la ciudad"

Apenas diez día después de la indolente actitud mostrada por una pareja de agentes de la Policía Municipal de Vitoria ante los requerimientos de ATEA para que levantaran acta del evidente maltrato psicológico a que estaban siendo sometidos los burros durante la provinciana carrera que cada año organiza la Comisión de Blusas y Neskas, este cuerpo vuelve a demostrar su más absoluta impericia en el campo de la protección animal, actitud acompañada esta vez de burdas mentiras, que sin embargo quedan impunes una vez tras otra por el poder que ostenta toda institución pública.

Durante la mañana del pasado sábado 4 de agosto (jornada en que comienzan las fiestas patronales de la ciudad), esta asociación recibió varias llamadas de ciudadanos angustiados por lo que acaban de presenciar: una camada de siete cachorros de muy corta edad, tirados en el suelo sobre una manta, en el más absoluto desamparo, al encontrarse bajo la tutela de una persona que en esos momentos yacía dormida –todo indica que por ingestión de alcohol– sobre un banco. Los informantes manifestaron que los cachorros estuvieron a punto de ser atropellados por varios vehículos que entraban y salían del recinto de las Txoznas (zona habilitada para la instalación de bares desmontables y conciertos durante el período festivo). Desde ATEA se trasladó con rapidez el caso a la Policía Municipal. El agente que atendió la llamada se limitó a comunicarnos que ya se había informado del caso al Centro de Protección Animal de Armentia, cuyos responsables habían diagnosticado –según él– que “todo estaba en regla”.

La Ley 6/1993 establece, en su apartado de obligaciones para con los animales, que todo propietario deberá “[…] mantenerlos en buenas condiciones higiénico-sanitarias, procurándoles instalaciones adecuadas para su cobijo […]”. El más elemental sentido común –del que los agentes intervinientes en este preciso caso al parecer carecen– dicta que unos desvalidos cachorros tirados en el suelo, sin nadie que se ocupe de su seguridad, se encuentran en un estado de absoluto desamparo. Pero la situación se agrava cuando, puestos en contacto con el responsable del CPA de Armentia, nos desmiente que ellos hayan hecho dicho diagnóstico, pues de hecho ni siquiera llegaron a acudir al lugar (además de no tener potestad para actuar sin una orden policial). Deducimos de ello que a la indolencia del agente que atendió la llamada, se une la mala fe, pues es difícil calificar de otra manera la mentira consciente de un servidor público, teniendo en cuenta además que se trata de salvaguardar la integridad física de unos animales en claro e inminente peligro, y no de borrar la pintada de rotulador de una farola.

Pasado el fin de semana, y puestos en contacto de nuevo con la Policía Municipal al objeto de confirmar que en ningún momento fue realizado dicho diagnóstico por responsable alguno del CPA, nos atiende el mismo agente, quien se niega en todo momento a identificarse, en el más puro estilo cacique de quien se sabe impune, llegando a afirmar durante la agria conversación que “ATEA debería preocuparse más de las personas y menos de los animales”. Ante una apreciación de tipo personal, que en ningún caso debería salir jamás de la boca de un agente –se supone que al servicio, entre otras cosas, del cumplimiento de las leyes–, se le hizo la misma apreciación que ya tuvimos ocasión de trasladar a los agentes 4065 y 8073 el pasado 25 de julio, en el sentido de que, por su actuación desconsiderada y pasota, deberían estar fuera del cuerpo, y que su comportamiento era por completo impresentable.

En la mañana de hoy mismo, el responsable legal de la camada y de la madre ha sido atendido por una unidad medicalizada, tras la llamada de alguien que aseguraba haber encontrado “tumbado en el suelo a un ciudadano con un feo color azulado”. Esta vez ha sido una patrulla de la Ertzaintza quien se ha personado en el lugar, ordenando la retirada inmediata al Centro de Armentia de los ocho animales (madre y cachorros), y nos confirman desde el CPA que “de allí no salen sin una orden judicial”.

Sentimos tanta satisfacción por la solución final del caso como indignación por el lamentabilísimo comportamiento de la Policía Municipal de Gasteiz, ciudad que sigue mirándose narcisista en el espejo de la "European Green Capital", sin haber entendido en sus más elementales niveles que el título ha de conllevar por fuerza algo más que el control de vertidos y un bonito anillo verde. Es por ello que, a nuestro entender, y junto a las repetitivas imágenes que nos regalan los distintos medios de comunicación con motivo de las presentes jornadas festivas, también debería aparecer la patética fotografía que adjuntamos, una imagen que transmita la otra cara de la moneda, protagonizada esta vez por la dolorosa actitud de quienes se suponen están al servicio de la ciudadanía.

 
ATEA
[Asociación para un Trato Ético con los Animales]
www.ateaweb.com
8 de agosto de 2012
PARA INFORMACIÓN ADICIONAL
Kepa Tamames [&  945 259 677  §  656 772 950]

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