martes, 9 de octubre de 2012

CARTA ABIERTA PARA EL FIN DEL MALTRATO

 Sr. Miguel Velasco y Sr. Gregorio Sánchez ;

que restringiría el uso de ciertos collares caninos permitamos decirles que valoramos muy positivamente que hayan contribuido a la difusión de los efectos perniciosos de los collares de pinchos, ahogo y eléctricos.
Por otro lado, y con todo respeto, lamentamos profundamente que no abogue por su total abolición por que como está ampliamente demostrado la indicación de que se debe restringir a los profesionales resulta absolutamente estéril. ¿No creen que existe una sospechosa relación en que su uso haya aumentado un 30% en los últimos años con la emisión de programas "divulgativos de educación canina"de tv en los que se advierte claramente no usen estas técnicas sin supervisión de expertos?
Estamos en grado de ofrecerle hasta 22 páginas y decenas de enlaces con material de calidad, con expertos contrastados que están trabajando desde distintas perspectivas ( educación, etología, veterinaria, kinesologia, quiropráctica, etc.) los efectos nocivos de estos collares. Como a ustedes sin duda les consta la falta de una reglamentación oficial sobre la profesión de adiestrador y/o educador canino hace que muchos sean los llamados y pocos lo que lo merezcan. En virtud de criterios muy poco científicos y nada respetuosos con el perro se perpetúan mitos y comportamientos que son maltrato aunque la cotidianidad en su desarrollo nos parezcan hasta educativos. Tampoco la insistencia de que la experiencia de años y décadas y escuelas hace de uno un profesional. Desgraciadamente en Algunos casos todo esa cantidad de tiempo invertido ha ido en aras de la repetición de un maltrato al que el maravillo animal que nos acompaña ha respondido con estoicismo y comprensión cunado nosotros hemos infringido- involuntariamente, por no saberlo hacer mejor- maltrato.
Todos deberíamos alegrarnos de la desaparición de los azotes "pedagógicos" en las Escuelas y en los hogares. ¿Por qué en aras de la supuesta educación debemos usar castigos? En algún punto del artículo habla de castigo desproporcionado y de sobre castigo. Tolerancia cero con los castigos. Con los amigos hablamos, nos comunicamos no les dañamos cuando no coincidimos. Si del su animal de compañía uno no quiere ser su "amigo" es que no es apto para tenerlo. Cunado uno necesita dañar para hacerse entender es que uno no habla el idioma del otro. En este viaje es a nosotros a los que nos toca aprender idiomas, no descargar nuestra frustración o suplir con dolor la falta de tiempo o el interés de un resultado rápido. Usar el castigo es barato materialmente muy caro respecto a lo que de verdad importa.
Como se supone que nosotros somos los racionales debemos aprender nosotros a entendernos con el perro que además de muy leal y no ser libre es vulnerable. El modo en como tratamos a los vulnerables dice mucho de nosotros. Y si no hemos sido capaces de enseñar a no ladrar demasiado, a compartir agradables paseos o a que confíe en nosotros nuestro perro es que somos nosotros los que tenemos que aprender.
¿Estaría de acuerdo que nuestro fracaso como educadores se intentase solucionar con pinchos, ahogo, o descargas eléctricas?

Collares de adiestramiento para perros, mejor en manos expertas

Usar artilugios antiladrido, collares de presión o de púas sin experiencia en educación canina puede ser peligroso y cruel para el perro
  • Por CAROLINA PINEDO
  • 8 de octubre de 2012
- Imagen: pennuja -
 Los instrumentos de adiestramiento ayudan a los profesionales a educar al perro o a corregir ciertas conductas inapropiadas. Hay collares de púas para adiestrar al perro, casi siempre contraproducentes, ya que causan heridas en el animal, cadenas que funcionan con presión y dispositivos antiladrido, que emiten olores o estímulos eléctricos. En manos inexpertas, estos collares se pueden convertir en una herramienta de castigo desproporcionado y cruel, que provoque ansiedad y heridas en el can. Sin embargo, cada vez son más quienes los utilizan. En el siguiente artículo se detalla cómo hacer un buen uso de estos artilugios, se aportan cuatro pautas para emplear con los collares de adiestramiento caninos y se resalta la importancia de la educación en positivo con el animal.
Los collares de adiestramiento para perros, como los antiladrido, deben ser un complemento y una ayuda para enseñar al can pautas de comportamiento adecuadas. "Pero no deben usarse sin el asesoramiento de un profesional, que nos enseñe, no solo cómo usarlos, sino también qué modelo utilizar", explica Miguel Velasco, adiestrador de perros.
Los collares de adiestramiento emiten estímulos desagradables para el perro, como impulsos eléctricos, presión u olores
Este tipo de collares provocan una sensación desagradable para el perro. Pueden emitir olores o un impulso eléctrico, pero también los hay que ejercen presión en el cuello. Como consecuencia de ello, los adiestradores caninos los utilizan para corregir una conducta indeseada en el animal.
El adiestrador canino Miguel Velasco calcula que, en los últimos cinco años, ha aumentado en un 30% la demanda de este tipo de collares por parte de particulares. Sin embargo, un collar de adiestramiento mal utilizado "puede provocar más mal que bien", según apunta Gregorio Sánchez, experto en educación canina del centro de animales Los Cantiles, en Madrid. "Un collar de adiestramiento con púas o con impulsos eléctricos puede provocar en el perro ansiedad y conductas contrarias a lo que se espera de él", añade Sánchez. Incluso dolor y heridas, crueles e innecesarias.

Collares de púas para adiestrar al perro

En el mercado hay distintos modelos de collares de adiestramiento para perros, cuya finalidad es servir de apoyo al educador canino, así como a dueños bien asesorados. Su función es evitar que un animal ladre de manera descontrolada, abandone conductas agresivas o camine de manera correcta durante los paseos.
Los collares de púas son contraproducentes, ya que provocan dolorosas y crueles heridas en el perro
En el caso de los collares de púas, cuentan con un sistema de puntas, en contacto con el cuello del perro. Cuando el dueño tira del collar, el can siente la presión de las púas. Según el educador canino Gregorio Sánchez, "estos collares no son aconsejables, ya que en un 95% de los casos resultan perjudiciales por su uso inadecuado", una opinión que comparte el adiestrador Miguel Velasco, quien apunta que estos collares mal utilizados pueden provocar en el perro dolor físico e, incluso, heridas en el cuello. "El animal puede resultar herido o sobrecastigado con facilidad", señala.
Velasco añade que cualquier collar de este tipo es una herramienta que debe servir para educar al perro. "Pero para que los resultados sean adecuados, hay que utilizarlos de manera correcta", dice el adiestrador. Es fundamental el asesoramiento de un profesional, bien de un veterinario o bien de un educador canino.

Collares de cadena que funcionan con presión

Las cadenas presionan el cuello del perro, que es un punto vulnerable
Los collares de cadena (los hay también de nailon y de cuero) se ajustan al cuello del perro cuando el dueño tira de la correa. El mecanismo es similar al de las púas, pero sin pinchos: ejerce presión en el cuello del animal. Entre otras cosas, se pueden emplear para enseñar al perro a caminar de manera apropiada.
Estos collares ejercen presión en el cuello por ser un punto clave del cuerpo, donde el perro se siente vulnerable al ser atacado. Cuando los canes agreden a sus enemigos les muerden en el cuello y, durante los juegos, cuando quieren disuadir o intimidar a sus congéneres, aplican presión con los dientes en su cuello.

Collares antiladrido para perros


- Imagen: Wonder Guau -
Los collares antiladrido emiten estímulos para corregir esta conducta, cuando es excesiva: olores desagradables, ultrasonidos e, incluso, impulsos eléctricos de baja intensidad, pero molestos. En ocasiones, los collares antiladrido avisan antes de que se produzca el estímulo desagradable, a través de un sonido que actúa como preludio. "El perro asimila, de manera paulatina, que no debe repetir la conducta de los ladridos constantes", explica Velasco.
Los collares antiladrido están indicados para perros de tamaño mediano y grande, pero no para los pequeños. La razón es que los perros de tamaño pequeño, como el yorkshire, son demasiado sensibles a este tipo de estímulos. En cualquier caso, sean antiladrido, de presión o de púas, este tipo de collares no funciona de la misma manera con todos los perros. "Hay perros que incluso se acostumbran a este tipo de estímulos y no sirve de nada usarlos con ellos", advierte Sánchez.

Cuatro pautas para usar collares de adiestramiento caninos

1. La educación de un perro debe comenzar desde que es cachorro y es aconsejable que se le eduque en positivo, es decir, con el refuerzo de premios y no con castigos.
2. Los collares de adiestramiento son herramientas que deben utilizarse bajo la tutela de un profesional.
3. Los premios y felicitaciones por parte de los dueños cuando el perro actúa de manera adecuada son fundamentales para la educación del animal.
4. No todos los perros son aptos para llevar un collar de adiestramiento. Los de tamaño pequeño no pueden utilizarlos y su uso no resulta efectivo con algunos perros.

La importancia de la educación en positivo con el animal

A pesar de que el uso de collares de adiestramiento está en auge, la educación en positivo, es decir, con el uso de premios en lugar de castigos, es fundamental y debe ser previa al uso de este tipo de artilugios. Según el adiestrador Miguel Velasco, estos dispositivos deben usarse solo "cuando ya exista un problema de comportamiento que no se pueda corregir de otra manera" y siempre con el asesoramiento de un profesional, para evitar crear otros problemas de conducta en el perro.

1 comentario:

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    Collar Adiestramiento Perro

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