lunes, 17 de octubre de 2011

Marcha por los derechos de los animales

 La Marcha Mundial por los Derechos de los Animales celebrada el 2 de octubre de 2010 en Barcelona ha sido un éxito. Un evento numeroso, festivo, positivo y muy bien organizado. El esfuerzo de unos pocos se vio recompensado con la asistencia masiva de personas concienciadas y no pocos espectadores que sonreían al paso de los manifestantes. Millares de personas y no pocos perros recorrieron pacíficamente la Vía Laietana barcelonesa coreando un lema que no por obvio es menos necesario proclamar: 
“Los animales no son cosas”.


Con los tímidos progresos legales en el platillo de los elementos positivos pero con la crudeza de la realidad de muchos animales aún considerados “bienes mueble” o “carentes de valor por si mismos” en el lado de lo negativo, la marcha significó una energética contribución hacia un futuro más ético con los animales no humanos. Desde el compromiso radical de los que no usan ningún producto que haya implicado algún modo de sufrimiento animal hasta los llamados “mascotistas” (aquellos que estiman a su animal de compañía con tal pasión que se adentran en la órbita animalista), todos se sentían convocados a esta fiesta imprescindible.


Los parlamentos al final de la marcha una vez ya en Pla de Palau renovaron los ánimos de los congregados hasta comprender que los derechos de los animales no sólo merecen una marcha puntual si no un esfuerzo cotidiano. Si hay algo que lamentar de la Marcha no concierne al encuentro en sí si no a los medios de comunicación que anhelantes de sensacionalismo no han dejado constancia del acto que aunque multitudinario estuvo lejos del dramatismo. Las buenas noticias no venden. Eso y la consideración y trato a los animales debe cambiar.

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